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Evite la palabra más negativa

J. Ignacio Ulacia F. (20.05.1997)

Un día al despertar cuando estaba acostado en mi cama, oía en la distancia como mi esposa platicaba con mis pequeñines sobre lo que tenían y debían de hacer; como ustedes saben es un alboroto la hora justo antes de estar listos para la escuela; ...los zapatos..., ...Katerina péinate..., ...ponte la camisa..., ...los útiles escolares..., ...la tarea..., ...Giovana apúrate a desayunar..., ...Mama, Juan Ignacio me pego..., ...de prisa que ya van a venir.....

En esa ocasión me llamo la atención que se utilizaba constantemente y repetitivamente una palabra. La notoriedad de este vocablo estriba en que contiene exclusivamente dos letras y lo utilizamos a diestra y siniestra, en todo momento y en toda ocasión, cuando estamos contentos o tristes, en la salud y en la enfermedad, en lo prospero y en lo adverso, para bien o para mal, sin querer o queriendo. Como es posible que tanta contradicción y negación venga en una presentación tan pequeña y tan austera.

Después de reflexionar un momento sobre lo que pasaba afuera, me pregunte si dentro de mi lenguaje personal yo también utilizaba esta palabra y sobre las consecuencias que esta acarreaba. Así que me dispuse a bajar a desayunar y mentalmente decidí fijarme la cantidad de veces que repetía ese cruel vocablo. Para mi sorpresa, me encontré que si mi esposa lo repetía constantemente, pues en mi caso yo lo utilizaba aun más...... IMAGÍNENSE..... que desconcierto, que frustración, que cólera.

Pase todo el día en la oficina contando las veces que repetía este sonido infernal. Cuanto más lo pronunciaba, más me deprimía y me sentía más chinche. Me imagine que tanto puede aguantar una persona oyendo esto todo el día, en todo lugar y en cualquier conversación. ¡¡¡¡Que horror!!!!

Al comprender esto decidí algo drástico al respecto. Es importante asentar que para mejorar algo, se tiene que identificar la causa. Esto es difícil ya que somos seres humanos y somos personas sensibles. El aceptar un problema es el 50% de la solución. Así que mi trabajo empezó con la mitad ya adelantada. En primer lugar revisaría y analizaría las situaciones cuando utilizaba; el porque, el como y el cuando. La primera determinación fue el 20 de Mayo de 1997 cuando decidí hacer todo lo posible por reducir el uso y desechar esta palabra de mi vocabulario. Como se podrán imaginar la tarea es bastante difícil. Esto requería una concentración rigurosa, pensamiento rápido, y coordinación especifica. El comienzo de esta transformación fue atroz, desgastante y muy complejo.

Me sentía como en esas películas donde el público a parte de la conversación normal, escucha todos los pensamientos de los actores. Cada vez que me hacían una pregunta tenia que responderla en mi mente, eliminar todas las ocurrencias de la "palabra infernal", reformular la respuesta, verificar la eliminación completa de este vocablo y responderle a mi socio de conversación. Como todo en la vida, la práctica hacer al maestro, y con el tiempo día con día la dificultad se ha ido suavizando.

Admito que muchas veces olvidaba mi objetivo, pero fue fácil regresar nuevamente en el camino correcto, ya que todo mundo me recordaba constantemente sobre mi tarea. Al programar mentalmente nuestro cerebro a escuchar este vocablo, lo detectaba en cualquier conversación, así recordaba constantemente mi objetivo. Si olvidamos, lo único que tenemos que hacer es escuchar con detenimiento cualquier conversación. Nuestro cerebro detecta fácilmente, por reflejo condicionado, la mención del mismo y en menos de un minuto volveré a oír nuevamente este vocablo en la conversación; recordándonos nuevamente sobre mi cometido. Imagínense la cantidad de veces que oímos y decimos esta palabra......haga la prueba...... Escuche con detenimiento cualquier conversación que este a su disposición y sorpréndase.

Al trabajar en esta tarea, junto con el análisis de esta palabra, se presento una transformación interna en mi concepto, ya que paso de palabra, a curiosidad, a chiste, a disparate, a grosería, y hasta insulto (creo que todavía hay adjetivos calificativos con los que se puede continuar). Se pueden imaginar el gran descubrimiento realizado. Cada paso que daba en este análisis producía más riqueza, más confianza, más sabiduría y más poder; ya que podía transmitir mis ideas sin utilizar esta palabra obscura y negativa.

Algunas de las cosas que aprendí son las siguientes:

El pronunciar este vocablo es un acto reflejo.

Durante nuestra educación se nos han condicionado para mencionarlo constantemente.

El uso elimina la creatividad de las personas.

Destruye la comunicación ya que establece un alto total.

Interpone una barrera entre el interlocutor y el oyente.

Establece una relación ganar/perder ya que el que la dice, gana algo y el que la recibe, lo pierde.

Influye directamente en el comportamiento de las personas.

Internamente le queda a nuestro interlocutor en su subconsciente una actitud negativa.

Con el tiempo fui descubriendo que las personas exitosas reducen el uso de este vocablo, ya sea voluntaria o involuntariamente, queriendo o sin quererlo, pero lo importante es que lo hacen. Considero que estos intelectuales, altos ejecutivos, diplomáticos, políticos o sabios desconocen en su mayoría el descubrimiento que ahora les presento, pero lo aplican y muy efectivamente. Hay que aprender algo de esta realidad.

Al pasar de los meses pude reunir más evidencia que soportara este descubrimiento y decidí en ELIMINAR COMPLETAMENTE este vocablo de mi vocabulario. Admito que todavía falta mucho por terminar este trabajo pero sigo con el dedo en el renglón. De igual forma me propuse buscar alguna situación donde se tuviera y debiera de utilizar sin más remedio. Para mi sorpresa, hasta estos momentos falta encontrar una situación donde se tenga que utilizar esta palabra. Es cuestión de práctica el reprogramarnos para evitarla.

Con el tiempo también he podido capitalizar sobre los beneficios que tiene este descubrimiento. He mejorado la relación con mis semejantes, con mis asociados y con mi familia. Esto lo he aplicado constantemente con las personas que rodean y mi relación se ha mejorado. He podido comprender las razones del porque las personas la usan y me ha ayudado en mis técnicas y métodos de venta. Por ello, se ha mejorado mi ingreso personal. Los exhorto a que prueben el método, es vigorizante y reanima el alma.

Considero que otras personas hayan descubierto este sentimiento antes que yo, pero lo importante es que fue mi descubrimiento y he podido hacer algo al respecto. Como se dice vulgarmente redescubrí la rueda. Espero que los que lean este documento puedan utilizar algo de lo que presento y al igual que yo "Elimine la palabra más negativa de su vocabulario". En la próxima detallaremos las técnicas aprendidas para hacerlo.

PD: Si ha llegado hasta este punto y le es difícil saber de que palabra estamos hablando, le recuerdo que ni siquiera me atrevo a mencionarla. Me da ñañaras el solo hecho de pensar en decirla. Pero si aún lo desconocen les daré una pista: esta palabra contiene solamente dos letras, se define como adverbio de negación que sirve para contestar preguntas y la repetimos tan a menudo que nos dará pena el saberlo. Buena suerte y diga SI a la vida.